lunes, 12 de abril de 2010

-Me odiás.
-No digas eso.
-No lo digo, lo afirmo.
-Bueno, entonces yo te digo que te amo.
-Entonces yo no digo nada más.
-Esta conversación es irrisoria.
-Vos sos irrisoria.
-Si no fuera irrisoria vos estarías cuerdo.
-Callate Diego.

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