domingo, 25 de abril de 2010

1 Una patética belleza.
3 Un sueño blanco pintado en crayón.
19 Un caballo de madera con la cabeza arrancada.
20 Una avellana de porcelana manchada con sangre.
7 Un laberinto de mano infantil.
2 Las preocupaciones de una maestra resignada.
6 Un ojito que se abre mientras otro lo espía en la almohada.
12 En dos colectivos, cuatro ojos que se cruzan.
17 Un hombre que se duerme en el tren y despierta en su casa.
13 La caótica moneda con que se pagan los amantes, el amorío.
11 La cuenta del tiempo de una familia numerosa.
18 Un arma disparada, un avión en el hilo.
16 Un arroyo de hijos, sin padres ni estupideces.
15 El beso de uyna loba al cachorro no-nato.
5 La impregnación de las doctrinas.
4 La facilidad de la senda al mirar.
8 Esa musa infalible, ese cuadro cósmico.
9 Todo resumido en el seno de su sexo.
21 Desde desperdicios desangrados desprendí diablos.
10 La llave de la fortaleza-mujer.
14 Un desvío de rieles.
22 La cajita con el barco de papel.

Una patética belleza. Las preocupaciones de una maestra resignada. Un sueño blanco pintado en crayón. La facilidad de la senda al mirar. La impregnación de las doctrinas. Un ojito que se abre mientras otro lo espía en la almohada. Un laberinto de mano infantil. Esa musa infalible, ese cuadro cósmico. Todo resumido en el seno de su sexo. La llave de la fortaleza-mujer. La cuenta del tiempo de una familia numerosa. En dos colectivos, cuatro ojos que se cruzan. La caótica moneda con que se pagan los amantes, el amorío. Un desvío de rieles. El beso de uyna loba al cachorro no-nato. Un arroyo de hijos, sin padres ni estupideces. Un hombre que se duerme en el tren y despierta en su casa. Un arma disparada, un avión en el hilo. Un caballo de madera con la cabeza arrancada. Una avellana de porcelana manchada con sangre. Desde desperdicios desangrados desprendí diablos.
La cajita con el barco de papel.

viernes, 23 de abril de 2010

Junto al baile descubrí el vacío
Tan pegadito que sólo al tomar
Impulso para seguir rotando,
Junto a esa pollera, podés
Percibir cómo se siente dejar
Ese ritual amado, inagotable.

lunes, 12 de abril de 2010

-Me odiás.
-No digas eso.
-No lo digo, lo afirmo.
-Bueno, entonces yo te digo que te amo.
-Entonces yo no digo nada más.
-Esta conversación es irrisoria.
-Vos sos irrisoria.
-Si no fuera irrisoria vos estarías cuerdo.
-Callate Diego.