Nunca la abandones.
El mañana es placer.
Tiempo al sueño,
caricia al absurdo.
Grito y voz son sol.
La lluvia embelesa,
si por lluvia, granizo
y al granizo, experiencia.
Nunca tener mata.
El alimento es levantarse.
Mucho desean eternidad,
avara fiebre que duerme los ojos.
¡Despertá!
No hay recuerdo que le gane al éxtasis,
vivir es aquello, y droga más de la cuenta,
abruma con la tiniebla en el umbral del coraje.
Serpentinos cuerpos,
los sedientos momentos.
Sos el cazador,
solo buscás atraparlos.
Besá los párpados amados,
las serpientes solo escapan.
¡Desnudate!
Un perlado cristal efímero el esbozo de vida
que gentilmente nos ofrece nuestra razón.
Yo se que podés.
Espero lograrlo algún día,
soy la torpeza del libro muerto.
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